Interior.

jueves, 7 de abril de 2011
En penumbra escondo
reflejos de claridad
que nunca brillaron.

Allí escondo tempestades,
fuerza y ternura:
Allí me escondo yo.

Donde una caricia
es un refugio inconsistente
y un beso una rebelión.

Allí creo la nada
con toda la pasión
que puedo controlar.

En penumbra escondo
recuerdos de soledad
que siempre brillaron.

Allí me escondo yo.

Luna, desierto

En las noches de estulta luna
me siento consumir por dentro,
pues me habla de ti, desierto,
de tu fuego, tu aliento.

La incansable fragilidad
me cansa más que este calor espeso
más que tus desdenes intentando
la huida de un desesperado beso.

Son mis palabras del rayo directo,
exhaladas de un lugar temprano
para suplir la impericia con que tiemblo,
para cubrir mis errores amados.

Me siento enteco a tu lado,
mis dedos son aguas, son aire,
que entre los tuyos –oh desierto-
se pierden, hacia un lugar de nadie